
Los astados, de la ganadería madrileña de Victoriano del Río, protagonizaron un encierro de 2 minutos y 50 segundos, el más largo de estas fiestas, principalmente porque el último de toros permaneció durante algunos segundos despistado en el coso taurino hasta que los auxiliares de la plaza lo introdujeron en chiqueros.
A lo largo de todo el recorrido por el centro de Pamplona (norte), desde los corrales hasta el coso taurino, la manada estuvo comandada por dos veloces cabestros (toros mansos que acompañan a los bravos en el recorrido), que provocaron numerosas caídas.
Según el primer parte médico, entre los corredores ha habido seis heridos, cinco por contusiones y uno, un varón español de 27 años, que recibió una cornada en un brazo.
Foto y datos: EFE




Titulares por email