La denominada 'Encuesta Zona Cero', nombre que aduce al hecho que toda la información fue recabada sobre el terreno en esa céntrica plaza durante las multitudinarias marchas, analiza las respuestas de 886 manifestantes a 23 preguntas abiertas sobre sus demandas, las posibles soluciones a la crisis social y su valoración del uso de la fuerza policial.
El 75 % de los encuestados apuntó a la mejora del sistema de pensiones como su mayor reivindicación, por delante del 57,7 % que nombró a la salud y el 56,9 % a la educación, siendo estos los tres clamores más escuchados en las calles chilenas desde el pasado 18 de octubre, fecha que dio inicio a la crisis social más grave que ha vivido el país austral desde su retorno a la democracia en 1990.
El reclamo por una nueva Constitución que substituya a la actual -redactada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)- se encuentra en la quinta posición, sin embargo el 84 % de los asistentes a las marchas cree que no se pueden hacer "cambios sociales significativos" sin tener una nueva Ley Fundamental.
"Es un movimiento sólido que nada tiene de moda. Encontramos personas con ideas claras sobre el modelo de país que quieren", aseguró Alejandra Delaveau, miembro del Núcleo de Sociología Contingente de la Facultad de Sociología de la Universidad de Chile.
La estudiante recordó que la idea de realizar el sondeo nació meramente de su deseo de "crear evidencia empírica" sobre el estallido social y para "desmitificar algunas preconcepciones que se tienen sobre los manifestantes".
En esta línea, la encuesta, que se realizó los días 8, 18, 22 y 29 de noviembre de 2019, observó que el promedio de edad de los manifestantes es de 33 años, lo que según Delaveau "desmiente el mito" de que quien protesta son "niños".
Por otra parte, si bien no se identificó una tendencia partidista en las marchas, sí hubo una clara posición ideológica: el 63,8 % se ubicó en la izquierda, un 17,6 % se declaró sin posición y un 14,9 % se situó en el centro.
El mayor cuórum se alcanzó al preguntar por la actuación de las fuerzas del Estado, ya que un 99,4 % de los encuestados valoró que hicieron un uso de la fuerza "excesivo".
Aun así, el informe indica que el Estado de emergencia y el toque de queda decretado por el presidente Sebastián Piñera la primera semana de protestas tuvo el efecto contrario a la desmovilización: el 49,4 % de manifestantes aseguró que quisieron "participar más".
Para Luís Mesina, vocero de la Coordinadora Nacional de Trabajadores "No+AFP", esto es muestra de que "la gente no tuvo miedo y sobrepasó al Gobierno, especialmente las generaciones jóvenes que no vivieron la dictadura".
Mesina, que participó en un panel posterior a la presentación del sondeo, declaró que el "descrédito" hacia los partidos políticos de la oposición, que según él "aprueban todas las medidas de Piñera", es lo que "mantiene a la gente en la calle".
Ante una desaprobación generalizada de la "agenda social" del presidente, que los manifestantes valoran como "insuficiente" porque no incluye reformas profundas al modelo neoliberal chileno, la principal solución que proponen es una nueva Constitución redactada por una Asamblea Constituyente con personas escogidas únicamente para ese fin.
Dicha decisión estará en las manos de los chilenos el próximo 26 de abril, día en que está convocado un plebiscito en el que decidirán si optan por una nueva Carta Magna.
Foto y datos: EFE
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