Cuando pensamos en la radio como medio tradicional de comunicación de masas, pensamos en las voces, esas que llenas los espacios, que embriagan con sus tonos y colores al escucha, que pueblan el universo mágico de la sensaciones, que nos transportan a hogares recónditos… esas voces (que son como cantos), nos invitan a conocer hechos, noticias, nos hablan de atardeceres, luces y oscuridades, historias reales o de ficción, alegrías y tristezas, realidades y sueños.
La arquitectura de la palabra, tanto en el escenario, como en los medios de comunicación, se construye con técnica y rigor, con un diafragma bien dispuesto, o como dicen los tangueros, con un fuelle bien templado; y es que como decía el maestro, Roberto Fontana, hablar es respirar.
Y el aire es vida que atraviesa nuestro instrumento sonoro, es el soplo divino de la palabra dicha, aquella que está en el pentagrama del periodista que lee cual si fuera música, el arte del narrador, el locutor, el actor.
Una vez libre, el instrumento y la vida vibrando en la columna de aire, sólo necesitamos del intelecto y de la emoción: ¿para qué? Para atravesar un micrófono, una consola, una antena, un receptor, para hacer vibrar el alma del semejante, acompañando a solas y solos, a ser todos junto -pero separados-, aquel universo almas que componen la comunicación.
Carlos Eduardo San Martin, para sus coterráneos un ciudadano ilustre de la ciudad de Chuy, que lo vio nacer, y más aún, ser promesa y semilla de una carrera en ciernes, que pronto comenzaría a germinar en Montevideo, tras encantar a sus oyentes en la vieja y querida extinta radio Chuy CB144, ligada a sus más tiernas vivencias de juventud, a su lugar de nacimiento, a sus afectos más sagrados.
Crédito foto: Luis Armando
Dicha radio –que era integrante del Circuito CORI), lo invitó a formar parte de una actividad en la capital. No faltó mucho tiempo para que Carlos conociera al gerente de noticias del Departamento de información Simultánea Monte Carlo y Oriental, Don Nishan Sarkissian, el único y auténtico creador del característico estilo decir la noticia en esta radio “con tono Monte Carlo”, como se leía desde América del Norte a América del Sur en los años 1960, un tono Monte Carlo de voz efusiva, entusiasta, bien temperada, vehemente, de perlada dicción, sin correr, para habrá como si se nadara en un océano de palabras, con voz clara y seductora.
Carlos Eduardo San Martín llevó a cabo todas las tareas que debe hacer un informativista: leer (lo primero en un medio radial), producir el material periodístico con los radio Móviles como soporte, las cartas con estampilla que llegaban al estudio y con la teleimpresoras o equipos de teletipo por agencia, con cassettes o cintas de carrete abierto. Con grabadores general electric pesados, sólidos, a toda prueba, donde ya lucía el logo blanco en fondo azul oscuro con la inscripción CX20. Con los PT o trasmisores portátiles, para cobertura no muy alejados de la planta de estudios, primera radio de Uruguay en tener esta tecnología.
Carlos Eduardo San Martín y Lucy Arregui, atentos al emotivo discurso de despidida de Oscar Caraballo, también por su retiro jubilatorio (Crédito: Luis Armando)
Carlitos aprendió a decir “Informa Radio Monte Carlo”, “Volvemos al control central de emisión” (como se les llamaba al centro de comando de NASA en la década de 1960, cuando el hombre pisó por primera vez la tLuna) …Aprendió a decir “Monte Carlo y Oriental informan más y mejor”, “Donde nace la noticia está Monte Carlo”, o “Próximas noticias en treinta minutos”.
Todas esta frases, eran (y son) los huesos de una manera formal de presentarse al público, lo que llamábamos frases de estilo Monte Carlo, y aunque los tiempos cambien, se siguen usando, pesar de la empeñosa resistencia de los recién llegados, de querer, cambiarlo todo, muchas veces con razón.
Carlos Eduardo, aquel que cuidaba su salud saliendo a correr por los canteros de Av Italia para estar en forma, que comía lo que debía, que nunca fumóni bebió, que aprendió a pie juntillas la frase que repetía Daniel Romay, exdirector de la empresa:“Aquí la vedette, es la radio”, o la clásica simbología asociada a la clases sociales, acerca de todossomos igualesa ante la ley, que expresaba Sarkissian al decir: “Las estrellas están en el cielo”, con cuya sola mención, los divismos o los egos, se desinflaban, al menos, durante el turno de trabajo.
Nishan Sarkissian - exgerente de noticias de Radio Monte Carlo (Crédito: Luis Armando, con autorización de Sarkissian)
Cuando Anibal Da Silva, exgerente de programación de nuestras emisoras inventó la famosa expresión “la gran familia de la super-radio”, quedaba claro que el éxito del medio de comunicación, o su aceptación por parte del público se debía a que los egos, literalmente se quedaban en los pecheros, y que tanto como el equipo de trabajo, como los oyentes, éramos una familia. Esta genial simbiosis y sus resultados, acaso, será alguna vez motivo de estudio por parte de sociólogos y psicólogos, que buscarán entender que nuestra permanencia, se ubica más allá de nuestros “fundamentales contenidos” periodísticos, o más bien, "contenidos noticiosos y al instante".
Ese fue el punto de inflexión el que se metió en el corazón de los oyentes, acaso responsable del éxito de la marca. "Aquí está su disco" les trasmitió a los oyentes que el locutor y los escuchas (juntos), eran conductores, así como dl informativo también se construía con la asistencia de los oyentes vía telefónica. La gente hacía la radio y se sentía parte de la radio.
Con esa sólida escuela, Carlos Eduardo San Martín, mantuvo una conducta intachable frente al oyente y al compañero. Tan intachable que supo imponer respeto por la labor y se ganó la confianza de sus compañeros, a sabiendas de que no somos pan de oro para todo el mundo.
Tras la salida del staff de Vicente Dumas Sottolani, comenzó a leer los infomativos centrales "Dario Oral Monte Carlo" de la mañana y "Rotativo del mediodía y Noticiosos CORI". Tras jubilarse Don Oscar Caraballo, realizó prestigiosa dupla con Ángel Carballedas, o con qien suscribe en los clasicos resúmenes de fin de año.
Nishan Sarkissian durante la despedida de Oscar Caraballo (Crédito: Luis Armando, con autorización de Sarkissian)
Y que decir del incansable lector, inquieto investigador que es Carlos Eduardo, con sus ganas de ir más allá de la noticia puntual, de perseguir la historia, de comprender el mundo… Supo así cultivar un sólido intelecto y sólida cultura general.
Sus eternas madrugadas, sus respetables lecturas de obituarios matinales, nunca serán olvidadas por sus pares, así como tampoco su conducta como padre y esposo, su puntualidad cuasi obsesiva, como sus sentido del orden y el equilibrio.
Con Carlos Eduardo San Martín, somos más que compañeros, acaso amigos, acaso hermanos, pues juntos hemos vivido la mayor parte de nuestra vida bajo el mismo techo en radio Monte Carlo, aprendiendo sobre valores, dándole importancia a lo que lo merece, y queriendo al medio, como se quiere al hogar. Seguramente nos extrañaremos en los resúmenes de fin de año, o tu risa amplia, tímida, única
Desde aquí, quiero llevar tranquilidad. Realmente que no se acalla una voz, no se apaga una luz…más bien se enciende un faro, para que futuras generaciones mantengan una suerte de “llama” encendida, con hilos de claridad por encima de todo lo bueno que nos dejaron nuestro ancestros de la Monte Carlo.
Porque Carlos no se jubila de la vida, apenas da un salto para nutrirse de otras vivencias, para darle tiempo a las cosas postergadas, para crear nuevos caminos, para seguir respirando a instancias de su diafragma, nuevos aires y oportunidades.
Querido amigo…En nombre de quienes componemos el departamento de prensa radio Monte Carlo y de la radio toda: Salud. Esta sigue siendo tu casa y aquí estaremos para darte un abrazo, estrecharte la mano o simplemente para hablar de cosas sencillas, siendo esto último, acaso, lo más hermoso que podemos hacer.
¡Feliz vida, por muchos años más!
Recordada locución publicitaria de Carlos Eduardo San Martín, emulando el estatus de "Monte Carlo Infomando al Instante":
Con nuevos y antiguos compañeros en Casa Zorrilla, despedida hoy junto a colegas de Carve, Carve Deportiva y Radiocero (Crédito: RMC)
Narrativa (crédito): Luis Armando -informativista-
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