Este martes, luego de un año de negociaciones complicadas, el Gobierno español dio su visto bueno a la reducción de 40 a 37,5 horas de la semana laboral, sin la seguridad de contar con una mayoría para aprobar el texto en el Parlamento.
"Es un día histórico porque transcurrieron más de 41 años desde la última reducción de la jornada laboral en nuestro país", declaró, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, líder del partido de extrema izquierda Sumar, que gobierna con los socialistas.
"La reducción de la jornada laboral va a servir para mejorar la productividad en nuestro país (…) No se trata de acumular horas en el trabajo, se trata de ser eficientes", añadió Díaz, encargada de liderar esta reforma emblemática del Gobierno.
El texto adoptado por el Consejo de Ministros resulta de un acuerdo firmado el pasado 20 de diciembre con los dos principales sindicatos de trabajadores, UGT y CCOO, pero sin las organizaciones patronales, que decidieron a mediados de noviembre, abandonar la mesa de negociaciones luego de 11 meses de reuniones infructuosas.
Las patronales se preocupan por el impacto de la reforma en la competitividad española. Según ellas, "no todos los sectores de actividad están en igualdad de condiciones" y aseguran que una reducción generalizada de la jornada laboral "podría debilitar a algunas empresas".
Éste argumento fue rechazado por Díaz, que insistió en la solidez de la economía española, con un crecimiento de 3,2% el año pasado.
"Tenemos más ocupación que nunca, tenemos más crecimiento económico que nunca", sostuvo la ministra.
En el programa de gobierno sellado en octubre de 2023, Sumar y el Partido Socialista (PSOE) se comprometieron a reducir de 40 a 37,5 horas la duración legal de la jornada laboral semanal antes del 31 de diciembre de 2025, sin pérdida de salario.
Foto: Europa Press / Gustavo Valiente
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